Veinte mil leguas de viaje submarino

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Julio Verne

Julio Verne, en su extensa producción, ideó viajes extraordinarios en los que utilizó la aplicación práctica de la ciencia.

Los Viajes extraordinarios, en primer lugar son geográficos (Los hijos del capitán Grant, Los piratas del Halifax) y exploran cada rincón del planeta, sobre todo los más escondidos como los polos (La esfinge de los hielos), o el fondo del mar (Veinte mil leguas de viaje submarino), o el espacio (Héctor Servadac), por lo que la mayoría de las novelas no son precisamente científicas sino más bien exploradores donde el autor pone a sus personajes en mundos indómitos y desconocidos, (Miguel Strogoff, La isla misteriosa).

Se distingue una primera etapa en la producción literaria de Verne, entre 1862 y 1880.


La primera etapa la podríamos caracterizar por las tendencias socialistas románticas de Verne. Sus personajes son auténticos exploradores y descubridores. Los científicos e ingenieros son hombres bonachones y carismáticos, solidarios. Las máquinas que aparecen en esta primera parte, no amenazan al hombre ni a la naturaleza. Son máquinas semejantes a las que diseñaba Leonardo da Vinci, inocentes, que muchas veces forman parte del paisaje confundiéndose en él. Las máquinas emulan a la Naturaleza y la perfeccionan. No producen plusvalía, no penetran en la dinámica capitalista. Son artefactos que facilitan al hombre sus actividades, haciéndole más cómoda su existencia. En definitiva, es una primera parte caracterizada por ser un canto al progreso y al futuro de felicidad del hombre.

Fuente: es.wikipedia.org

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