Pese a ser feliz, a Arial lo aqueja una duda constante que no expresa nunca. Será una casualidad la que le ayude a ver todo con más claridad.
Leopoldo Alas solía concebir sus relatos para dar expresión a preocupaciones íntimas y apremiantes, para indagar en aquellos asuntos que requerían un tratamiento poético, para intuir aquellas «verdades vitales» difíciles de precisar… de ahí la reiteración tanto de asuntos como de estructuras, y las diversas modulaciones a que sometía los temas.
Esto lo podemos apreciar en Cambio de luz, un cuento sin argumento, sin peripecia externa, pero en el que se manifiesta una intensa aventura interior. Presenta evidentes relaciones con el más famoso relato de su autor, Doña Berta (el problema de la fe; la valoración positiva del sufrimiento) y con Las dos cajas (el sentido de la música; la fe, también). La estructura es similar a la de ambos: está dividido en seis secuencias; pero, con claridad, se pueden advertir dos partes de sentido opuesto.
Clarín podría presentarnos aquí el ejemplo de la dicha total (la de quien consigue «las cosas deseables o deseadas por él»); pero no es así: la dicha aún no es completa.
(Reseña Miguel Ángel Lozano Marco)
Fuente: cervantes.es