Romancero Gitano. Obra Original de Federico García Lorca - Página 13

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De acero, si puede ser,

con las sábanas de holanda.

¿No veis la herida que tengo

desde el pecho a la garganta?

 

Trescientas rosas morenas

lleva tu pechera blanca.

Tu sangre rezuma y huele

alrededor de tu faja.

Pero yo ya no soy yo.

Ni mi casa es ya mi casa.

 

Dejadme subir al menos

hasta las altas barandas,

¡Dejadme subir!, dejadme

hasta las altas barandas.

Barandales de la luna

por donde retumba el agua.

 

Ya suben los dos compadres

hacia las altas barandas.

Dejando un rastro de sangre.

Dejando un rastro de lágrimas.

Temblaban en los tejados