La historia humana resulta, en términos de evolutivos, relativamente corta en comparación con la de otras especies, pero no así sus antecedentes. No hay que simplificar la historia de la evolución, imaginando que un día, por alguna razón desconocida, la hembra de un simio, en vez de una criatura de su propia especie, dio a luz a un ser humano ya hecho y derecho.