Texto en donde se hace una reflexión entre la palabra hablada y la escrita, en donde se profundiza el tema de la evolución y se alcanza el consenso para determinar lo mejor para los pueblos y para el lenguaje.
La palabra hablada evoluciona y cambia más que la escrita; a las palabras se las lleva el viento, mientras los escritos quedan.
Y así como el vapor toma mil formas, al parecer caprichosas, según el viento que corra, mientras el hielo conserva la que le dio el recipiente en que se formara, hasta que se le arranque a fuerza o a lento deshielo.